Dar palos de ciego: Es
sabido por
todos que la ceguera -aparte de constituir una lamentable desgracia para
quien la padece- ha sido siempre motivo de burla y pretexto para la
creación de frases y expresiones divertidas. Y para probar esta
afirmación, basta con
citar algunos de los juegos populares nacidos en tiempos remotos cuyo
fundamento consistía en privar ocasionalmente de la visión a los
participantes. Tales son los casos de la gallina ciega y la piñata,
juego que
llegó a dar nombre a un día: el "Domingo de la Piñata", en cuyos
festejos se vendaban los ojos de los participantes y estos, armados de
un palo, comenzaban a dar garrotazos contra una cazuela de barro
pendiente de hilo. Cuando la
vasija era alcanzada por un certero garrotazo, ésta se abría derramando
su contenido -que solía ser agua o pequeñas golosinas- sobre el autor
del golpe. Así, la gente estallaba en bullicioso jolgorio. De esta
alegre costumbre, no
extinguida del todo en nuestros días, precede la expresión dar palos de ciego, aplicada para significar el perjuicio que se sufre al proceder sin tino ni cautela, a lo loco, en cualquier asunto delicado.
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